Practicar mindfulness no nos aparta de sufrir algunas crisis emocionales, en cierto modo aprendemos a vivirlas de otra manera, sin embargo no deja de ser un momento difícil.
Tomando en cuenta la experiencia propia, y algunas vivencias con mis pacientes que han atravesado diversas dificultades, me permito intentar realizar una pequeña guía que puede ayudar a atravesar esos momentos difíciles.
Cuando vivimos un momento de crisis, por lo general no tenemos una sola emoción, sino que sentimos varias emociones que se juntan y pueden causar confusión. Por ejemplo: ante una situación de separación podríamos estar viviendo frustración, ira y tristeza a la vez.
Algo importante es separar cada emoción, entender el por qué de cada una y en el momento presente cual predomina más. ¿Tengo más ira?, ¿Más tristeza?. Esto te permitirá entender mejor el momento que vives.
Esa tristeza que duele en el pecho, que provoca malestar, o que te dificulta respirar; esa ira que te tensa los músculos, acelera el corazón y calienta el cuerpo. La culpa o frustración. Permítete sentir.
Entiendo lo difícil que es, lo he vivido y no es tan fácil como decirlo. Si es doloroso permítete darte cariño, puedes acariciarte donde lo sientas, y pasa tu mano en esa zona del cuerpo con cariño. Abraza tu emoción y di: Entiendo que sienta “…” en esta situación es normal sentirme de esta manera.
Ya cuando haya bajado un poco la intensidad de tu emoción intenta hacer un ejercicio separándote de ti. Ve en perspectiva a esa persona que vive la crisis emocional.
Desde afuera podrás ver de mejor manera cómo actuar. No es lo mismo ver el río pasar, que estar dentro del río. Recuerda en qué otros momentos te has sentido de la misma forma. Ya has pasado por situaciones que creías que eran difíciles de afrontar y: ¡acá estas!.
Cuando vivimos momentos difíciles es cuando más se dificulta mantenernos en el momento presente. Nos distraemos (en comida, en alcohol, en el netflix, ect); Sin embargo, esa distracción nos hace aún más daño. Así que abraza el presente.
Observar tu respiración es la manera rápida de conectarte con el presente, si aún así se te dificulta, observa tu abdomen subir y bajar mientras respiras.
Thich Nhat Hanh hace una analogía que me permito parafrasear: Cuando ocurre una tormenta somos como un árbol, en lugar de observar la copa (pensamientos y emociones) que se mueve con la tormenta, observemos nuestro ombligo donde comienzan las raíces que nos sostienen como árbol.
Recuerda que es parte de la vida, un momento difícil es solo un momento difícil. Llega, permanece un momento y luego se va.